sábado, 31 de julio de 2010

La reconstrucción de USAITI.

Seis meses después de la catástrofe, la reconstrucción de la antigua Haïti -Ayiti en creolé- es toda una realidad. Bajo la supervisión y mandato del US Army y las familias Mevs, Loukas, Madsen, Saba, Aped, Shemal y Bigio (haitianos residentes en Miami) se ha llevado a cabo -y en tiempo record- el desescombro, reconstrucción y organización de la sociedad Usaitiana. Y todo gracias a los esfuerzos denodados de Bill Clinton que en plena crisis económica internacional ha sido capaz de gestionar los 10.000 millones de dolares donados por la comunidad internacional y particulares como usted o yo.

De vacaciones en Usaiti  -ya se puede- este reportero ha constatado que el capitalismo es una máquina de construir paises y libertades, logrando en meses lo que la naturaleza o el comunismo destruye en segundos.
En el documento gráfico se observa cómo donde antes había barrios destruidos se levantan hoy día complejos residenciales, adaptados a la climatología isleña; canchas deportivas; locales sociales e instalaciones de telecomunicaciones.  Todo un prodigio de eficacia mercantil, y eso que aún quedan 10.000 m$ de reserva ¿dónde están? ¿en el Banco Mundial? ¿seguro?
Y a pesar de todo lo hecho siempre surgen descontentos, revoltosos, desagradecidos. Hay quienes ya se quejan de que no pueden comer más, que están saciados, que no saben qué hacer con tanto espacio vacío en sus nuevas viviendas. Otros incluso se han manifestado exigiendo la construcción de un ¡campo de golf!. Bill está consternado "....desvías millones de dolares a las Bermudas, vienes dos veces a estrechar manos y a hacerte cientos de fotos y ... ¿lo que te piden es un campo de golf?  ¡lo van a tener! ¡ pero luego que no se quejen si esto se les llena de dominicanos!".
El General Simeon G. Trombitas del US. Joint Task Force, sin embargo achaca este descontento a elementos subversivos externos que soliviantan a la población local, tales como Médicos Sin Fronteras. Pero sobre todo a la actividad continuada de Antoine Forge de Paul, conocido como Forges, que no para de recordar " ...mais n'oubliez pas Haiti" en sus panfletos desde un diario nada afecto a las revoluciones.

2 comentarios:

Silvia Delgado dijo...

sì, la
naturaleza puso en bandeja al imperio un pàìs herido para desangrarlo. La bestia nunca se detiene, husmea, crea regueros de sangre o los persigue.
Un abrazo.

Mak Histerik dijo...

y espérate que no te monten un campo de tiro o usen el territorio para pruebas nucleares, todo sea para salvaguardar la seguridad de los lugareños